- Una fiesta de fe para los comitecos
- Visitantes de diferentes estados acuden
- El templo está bajo el cuidado de la Orden
Franciscana
- Un lugar con mucha historia y vivencias
- Muchos comitecos veneran al Niñito Fundador
Comitán, Chiapas; Octubre/2012.- Como cada año, este 21 de Octubre se celebró la
festividad del Niño Jesús Fundador, mejor conocido como Niñito Fundador; más
que una tradición se trata de una fiesta de fe para los comitecos, para los municipios
de la región y para varias ciudades del país, así como visitantes de Guatemala.
Según información de las encargadas del templo, fue el
21 de octubre de 1938, cuando el Niño Fundador fue traído desde Celaya,
Guanajuato, por una monja jacobina de las hermanas franciscanas de la
Inmaculada Concepción, mientras que el templo en Comitán se fundó desde el año
1940.
Mencionan además, que anteriormente éste recinto
religioso era una casa de salud donde curaban a los enfermos, los pisos eran de
tierra y piedras; en medio de lo que ahora es el templo, se ubicaba una fuente
y unas matas de lima, no contaba con paredes, todo era de tejamanil.
Las hermanas de la Orden Franciscana son las
encargadas de la atención a este templo, y según testimonios, es desde el año
1874 cuando se tiene referencia ya de su aparición y de sus milagros.
La fiesta inicia a partir de la media noche del sábado,
donde se lleva a cabo las tradicionales mañanitas, los cohetes incesantes
anuncian que por fin el día ha llegado, los creyentes se alistan y salen de sus
casas, se dirigen al templo del “Niño Fundador”, ubicado en el barrio de San
Sebastián.
Son centenares de visitantes de lugares como
Guatemala, Puebla, Tuxtla, Comalapa, Las Margaritas, Xalapa, México, por
mencionar algunos, que acuden a su capilla, ante el altar del “Niño Jesús
Fundador” para agradecerle los milagros concedidos o para pedirles, los ayude
en algún problema o padecimiento.
Las melodías de la marimba les dan la bienvenida a
todos, en el interior decenas de personas ya se encuentran rezando, pidiendo
por sus enfermos y por causas difíciles, saben que el niño no los abandona, el
calor de las velas encierra la fe de todos los presentes, en la decoración del
templo destacan globos, juguetes, pelotas y todo lo que a un niño le agrada.
En las afueras del templo ya se aprecian puestos de
dulces, chalupas, tacos dorados, garnachas, tamales y las tradicionales
zacatecas, los comerciantes por espacio de una semana ofrecen sus productos a
los visitantes.
Por la tarde se prepara una emotiva procesión por las
principales calles y avenidas de Comitán, es la costumbre y participan muchos
creyentes, por donde pasa el Niñito Fundador va bendiciendo a los que lo ven.
El tiempo transcurre incesante, pero en este templo no
pasan los años y bajo sus techos los comitecos y gente de todas partes dejarán
un año más, lágrimas, alegrías, deseos y mucha esperanza en volver el próximo
21 de octubre del año entrante.
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